Los indios taínos, habitantes de Boriquén que encontró Cristóbal Colón al descubrir América, desaparecieron hace más de 500 años. Sin embargo, hay testimonios de que, en lo que se refiere al Centro Ceremonial Indígena de Tibes, todavía rondan por sus muros y hacen sentir su presencia.
De acuerdo con empleados de la instalación, más de una vez han visto los espíritus de los nativos en los bateyes y cerca de los bohíos. Amir Señeriz Longo, director de la Oficina de Museos Municipales, da fe de ello.
Según Señeriz, en los meses de marzo y abril pudo experimentar un fenómeno que se mantiene fresco en su memoria cuando un grupo de investigadores de fenómenos paranormales colocó cámaras de vídeo en varias áreas del parque, incluyendo dentro del museo.
“Una noche íbamos caminando hacia el yucayeque y, cuando miré hacia los árboles, vi un indio agachado observándonos”, narró el hombre a Primera Hora mientras señalaba el lugar del avistamiento.
Destacó que, tan pronto se dio cuenta de la extraña presencia, se lo dijo a los demás, pero que cuando volvieron a mirar ya no había nada. “Lo vi clarito, el pelo largo lacio y el taparrabo”, comentó el director. Añadió que no pudo verle la cara y que, aunque se impresionó bastante, no sintió temor.
Asimismo, mencionó que algunos investigadores observaro a otros indios claramente, incluso hasta las expresiones de sus rostros. “Se pusieron a provocarlos gritándoles: ‘Cacique, ¿dónde estás?’, y los vieron enojados”, sostuvo Señeriz, quien recuerda que también escucharon el sonido de tambores por varios segundos.
Manifestó que durante los días de filmación “los espíritus” les tumbaron las cámaras y no les permitieron grabar, lo que provocó que los investigadores salieran despavoridos del lugar y suspendieran su búsqueda. Dijo que estos estaban equipados con luces y artefactos capaces de detectar energía del “más allá”.
Otra noche, cuando el clima estaba fresco, caminaban hacia los bohíos y sintieron que de repente la temperatura aumentó como si fuera pleno mediodía bajo el sol.
“Ellos (los investigadores) me dijeron que había mucha actividad paranormal en el lugar”, aseguró el funcionario.
El valioso yacimiento arqueológico fue descubierto en el 1975, pero no fue hasta el 1982 que el Municipio abrió sus puertas al público. Desde sus inicios, las personas contaban historias de apariciones extrañas.
“Yo pienso que ellos (los indios) están agradecidos porque no hemos dejado morir su legado cultural”, dijo.
Pero él no ha sido el único que ha tenido encuentros inesperados con los espíritus de los aborígenes. Algo similar le ocurrió a Luis Martínez, un empleado que ha trabajado en el centro ceremonial por más de 20 años.
“Hace como cinco años iba caminando hacia los bateyes y escucho una voz de niño que me dice: ‘Mira, tú, párate ahí’, pero cuando volteaba a mirar no había nada”, expresó el hombre. Este indicó que en esa ocasión la voz del pequeño la escuchó varias veces.
Recordó que, cuando entró a trabajar a Tibes, sintió miedo, pero que en la actualidad dice que no les teme a los muertos, sino a los vivos.
“Yo he visto personas salir corriendo y otros dicen que escuchan voces y pasos en los bohíos”, destacó el empleado municipal.
Dijo que, si los indios los vigila, tal vez es porque están pendientes a lo que allí se hace.
En Tibes también están los escépticos. Para Carmen Martínez, empleada del Centro desde hace 30 años, “eso no existe”.
“Nunca he visto ni he sentido nada”, contestó la mujer, quien recibe a los visitantes del parque. Mencionó que han acudido personas a preguntar si son ciertas las apariciones de los indios, y que grupos de santeros han visitado el lugar.
El director de los Museos Municipales resaltó que espera que aumenten las visitas al Centro, ya sea por curiosidad o por el deseo de conocer más sobre la cultura indígena. Este destacó que anualmente reciben hasta 80,000 visitantes.
(FUENTE: primerahora.com)
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